Volver a París es alegrarte cuando uno de los guardias que cuida las Tullerías te echa del parque porque ya se hace tarde. Te alegras y le sonríes de vuelta, porque significa que estás caminando por las Tullerías, estás en París, de vuelta, y no puedes evitar preguntarte, habiendo apenas llegado, cuándo volverás a estar aquí.
Volver a París es ver, en esos mismos jardines, tal abundancia de peonías que te convences absolutamente de que en algún lugar de Francia han de crecer como flores silvestres.
Volver a París es pensar en Javert al ver un bulto caer al Sena (¿quién lo tiró? ¿Fue una mochila, una caja? Miré largo rato y no pude descubrir).
Volver a París es negarte a usar el metro y querer caminar y caminar, por el miedo a perderte una vitrina, una luz correcta, una discusión en la vereda de un departamento.
Volver a París es lamentar profundamente la restauración del Ritz, pues estropea una de tus plazas favoritas.
Volver a París es no poder creer que existen lugares así y es querer creer que en Santiago encontraré chispazos de esquinas y rincones como los que vi hoy.
3 comentarios:
Ya volveremos juntaaaas sis!!!!! Enjoy!!
Que terrible suena esto de volver a Paris!!
Mejor manera de retomar el blog. No dejes de escribir!
Las fotos son tuyas?
Besos!!
Yo saqué las fotos!
Publicar un comentario