20.7.14

Bruselas



- Después de Irlanda voy a Bruselas. 
- (...). 


- Después del recorrido por UK, voy a Bélgica: Bruselas, Brujas, Gent. 
- ¿ A Bruselas?

- (...) y luego en Dublín tomo un avión para ir a Bruselas. 
- Ah. 


Es el tipo de reacciones que despertaba  mi visita a Bruselas. No sé por qué Bruselas atrae tan poco y no es parada obligada en los viajes por Europa. Pienso que una de las razones puede ser su extrema cercanía con París. O quizás que se le considere una ciudad administrativa, de y para los funcionarios de la comunidad europea.

Por la razón que sea, hemos sido demasiados los que hemos ignorado Bruselas. Yo misma la obvié cuando hice otro recorrido por Europa hace casi tres años.

Es tiempo de corregir el detour (¡qué chula! Pero me salió del alma). 

Salvo por lo que había escuchado y leído de la Grand Place, de Bruselas yo tampoco esperaba mucho, pero debo decirles que me dejó con la boca abierta y arrepentida de haberle guardado tan pocos días en esta pasada. Habrá que volver. 

Es muy entretenido conocer lugares de los que uno espera poco o bien de los que no sabe qué esperar. Después del grandísimo recorrido por las islas británicas, disminuí al mínimo mis expectativas de los demás lugares que quedaban por conocer. 

Pues Bruselas me encantó. Es muy, muy bonita, caminable, hay museos originales, como el de los instrumentos musicales o el del cómic, se come rico. Qué más. 

¡Pude hablar francés! ¡Me las arreglé y no sé de dónde salió! ¡¡Gracias al profesor del Instituto Chileno Francés que nunca nos habló en castellano!! Eso me entretuvo mucho y creo que estiraré los días en Francia* :)



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La tienda del museo de Magritte tiene  entretenidas e interactivas vitrinas. 









¿O no?   :)



El gran héroe de la ciudad es Tin Tin, o Hergé, o ambos. 

En la estación central de trenes 





o en su propia tienda - museo (un deber visitarla, ¡incluso a los que no les importe o interese!)






La Grand Place per se es infotografiable. Lo es más todavía si le sumamos lluvia, andamiajes por remodelación tapizando uno de los cuatro lados de la plaza y un escenario instalado en la mitad. Me limito a mostrarles algunos de sus edificios. Es realmente preciosa, grand. 















(¡Malogrado intento de unión! Imagínenlo, no más :)


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Dejo el espacio de arriba, si así resulta en la entrega final (la súper app de Blogspot... del terror) para todos hacer una pausa y darle la bienvenida al chocolate belga. 


Es que quizás hacer ingreso a una chocolatería belga merezca un post aparte.


Un olor, un aroma, una fragancia, que no puedo describir. Sólo un trillado y poco preciso IN. CRE. I. BLE. 

Las fotos están más o menos y son muy pocas en comparación a la enorme cantidad de chocolaterías de lujo que hay en Bruselas ( y en Brujas y Gent, por si acaso).




































Lo que olí y degusté en la siguiente barra de rulos, trufas, pralinés y macizos, no lo olvidaré jamás.


















Y el modo mundial...




Las pelotas costaban € 28 y no me parecieron caras. Será que estuve mucho tiempo en Inglaterra. 


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Debo decir que molesta que todo cierre tan temprano. Todos los museos cierran a las 5. Las tiendas, también. En una tiendita de chucherías nos apagaron la luz a las 17:59:59  para echarnos. Esa puntualidad tan pesada no cae bien. 

Incluso costó encontrar un café abierto a las 6 de la tarde. Sí, un café. Una de las actividades más "6, 7 de la tarde" que hay ha sido difícil de realizar, ojo, no sólo aquí, si no en varios lugares de este recorrido.


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Aprovechamos el resto de la tarde tomándonos un chocolate caliente (belga, my goodness!) en un lugar que que cerraba a las 8, ¡aplausos!



Y, de repente: Giacomo y Mateo. 






Giacomo, el de la izquierda, partía tocando teclado y luego se sentaba a tocar el cello electrónico. Mateo, siempre en voz y guitarra. ¡Qué repertorio, qué talento! Los escuchamos tocar al menos una media hora (no fuimos las únicas). 

De tanto en tanto mencionaban sus nombres y el de su "amigo Marco". Pues este amiguito era el vendedor de los CD que el grupo llevaba consigo en su gira por Europa. Los CD se vendieron como pan caliente, impresionante, y observamos a Marco en varias de las ventas que hizo: sugerente pero paciente la vez; de excelente apariencia física ;) , tranquilo, ofertón. Wow. Fue como una clase para aprender a vender. 

En fin. Cuando Giacomo y Mateo dieron la vuelta al repertorio y empezaron a repetir canciones, decidimos abandonarlos y seguir caminando. 



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Hmm... ¿y esto?





¿Entremos?







Quedémonos. 






¡Qué bar, qué lugar! Esos de comida típica, supongo que una brasserie, sólo escuchar flamenco y francés, una carta de cervezas plastificada y aceitosa ya; todo el mobiliario de madera, teatros y marionetas. 





Lamentablemente no pudimos ver ninguna función. La última del día había sido a las 4. 




















¡Gran, gran noche! ¡Nos costó irnos! Pero para evitar que nos despidieran de un segundo local en menos de seis horas, nos fuimos dignas y sonrientes un ratito antes de que cerraran ;)



*Esto lo escribí antes del tirón. 

1 comentario:

Feña dijo...

Si algún día voy a Bruselas, no me importará no encontrar hotel, si puedo dormir en una chocolatería...
Me dejarán ?

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