4.8.14

Parque de distracciones


Domingo en la mañana. Primer domingo del mes, entrada gratis a todos los museos de París. Eso haría. 

Sólo tendría que tomar el metro hasta la estación Tuileries sin siquiera hacer cambio de línea, bajarme y cruzar el Jardín de las Tullerías, luego el Sena y ya estaría en el Museo de Orsay. 

Con mucha calma y sin hacer esfuerzos. 

Simple.  






Lo que no sabía era que había una fiesta.







En la cual sería una niña más.










La municipalidad organizó estos "juegos" durante todo agosto para los parisienses que no saldrán de la ciudad.


Se pasaron. 













Esto de abajo que parece media grúa es uno al que me costaría subir. 










La gente chillaba y desde abajo todos mirábamos. 





Al menos estaban advertidos. 





Una vez más, el contraste entre los colores brillantes y los edificios arena y las nubes, me atrajo mucho. 











Había magiques bulles,




la Formule 1,




una primera aproximación al pueblo inca (que espero sea corregida en el colegio),




un tren fantasmagórico,




un splash, autos chocadores, pesca milagrosa, achúntele al canard, un king kong y mucha, mucha comida. 














La barbe à papa es algodón de azúcar. 





A las manzanas confitadas les llaman manzanas de amor.









Me costó dejar los juegos para avanzar un poco que fuera hacia el museo. 






Pero estuve un buen rato más en las Tullerías mismas. Entenderán por qué. 














No sé cuánto rato habré estado sentada frente a esta pileta. 













Sin embargo, no todo es tan bueno como suena. Ni aquí ni en los Jardines de Luxemburgo ¡se puede pisar el pasto! 


Manolito y Augusto, vénganse en el primer vuelo a París, antes de que se acaben las barbe à papa y las manzanas de amor. Ustedes me dicen cuántas compramos ;)



No hay comentarios:

Archivo del blog