9.7.14

Fáilte a Éire!

Fáilte! 

Bienvenidos a Irlanda. ¡Bienvenidos a Dublín!

El domingo sobrevolé el Irish Sea y llegué a Dublín. Me encantó pisar suelo irlandés, fue como un sueño hecho realidad. Estaba en Irlanda. 

En los últimos días eireann he estado escribiendo. En los hostales, en algún café, en un tren. Pero la señal no es mala, ¡es pésima! Y al parecer las fotos sumadas al texto son demasiados bytes para los wifi's colectivos de hostales y trenes. 

Por lo tanto y por ejemplo, el post de esta noche (que quizás resulte publicado mañana en la mañana, o en Bélgica, lo que me cargaría) es la edición de la edición de la edición, porque lo empecé a escribir hace tres días y aún no lo puedo publicar. 

Este atraso me permite contarles de mejor manera qué está pasando por estos lados. Pero sí me gustaría subir cosas en el momento en que ocurren y no tanto después. 

En fin. 

Quizás debo introducir a ustedes y calmar a mi persona reconociendo al mundo que Londres es una joya, una gema, un diamante, todo. Por tanto, cualquier ciudad que le siga en la ruta de viaje parecerá más desordenada, menos limpia, más... ciudad normal no perfecta.

Dublín es algo así. Dublín está en proceso, lo que la hace muy, muy interesante para caminar, recorrer y descubrir. Durante dos días la caminé de pe a pa, lo recomendado y lo secreto, turismo y residente, y me he entretenido un montón. 

Cuánto me gustaría saber más de urbanismo, planificación de ciudades, sistemas de transporte, permisos; ideas madre detrás de cada ciudad. Siempre me han interesado esos temas, y en ellos he pensado en varias ciudades de este viaje, pero sobre todo aquí en Dublín. Londres está listo. Dublín parece tener muchos desafíos y al ir conociéndola me intereso mucho por ella. 

Dublín tiene un gran movimiento cultural. Festivales, música, teatro, cine, pasquines de barrio, folletos, grafittis. Hay expresión de pensamientos, la gente cierte lo que tiene. Así me parece. 

Hay una efervescencia en la apertura de nuevas cafeterías y rincones. A veces, sí , me parece musho, porque instalan una mesa de ping-pong en la mitad de un bar que se llama "Berlín". No es necesario. No sé, no se veía natural. 


Ahora, de adrede desordené las fotos de toda lógica y tiempo en que fueron tomadas durante esos dos días. Mi objetivo es generar en ustedes la misma impresión de eclecticismo y pregunta que esta ciudad ha generado en mí. 






















































































































Abajo, Christ Church. Sería un despropósito desordenarlo. 
















Dublín es un poco así. No todo está dicho ni restaurado. Y quizás esa es su gracia. 

Se nota el antagonismo entre historia, gentrificación, modernidad, simpleza, reparación, arte e idioma. Es entretenidísimo recorrerlo y degustarlo, un hot chocolate o Dingle ice cream a la vez. 

Me queda todavía por conocer. El Museo Nacional de Imprenta, que me tinca muy, muy entretenido. La Marsh Library, una joyita que no me puedo perder. La biblioteca del Trinity College. El museo del correo... :) 

Hay muchos grandes novelistas y poetas que tienen todo que ver con esta ciudad. Sobre ellos quiero escribir aparte, para no hacer aún más ecléctica la cosa.

También quiero contarles en qué lugar me enteré de dónde proviene Sunday Bloody Sunday.

Ah, sobre un par de parques, también. Stephens Green, en que me vi perfecto caminando todos los días de mi vida. 

Y el irlandés (el idioma). 


Me queda todavía por contarles. Pero ahora voy a hacer piruetas ¡hasta lograr la conexión  necesaria para publicar!

No hay comentarios:

Archivo del blog